HASTA SIEMPRE

ÚLTIMOS RECORDATORIOS:

-Nada es demasiado fácil, a no ser que no merezca la pena.
-Lo bueno, cuesta. Lo muy bueno, cuesta mucho.
-Nadie regala nada. Por todo hay que pagar un precio.
-Nadie da nada a cambio de nada.
-No se puede vivir de las rentas.
-No se puede vivir del pasado.
-No se puede vivir en el pasado.
-No se puede olvidar el pasado.
-Para saber a dónde vamos, hay que saber de dónde venimos.
-Sin esfuerzo, no hay recompensa.
-Si no estás dispuesto a luchar, estás condenado al fracaso.
-Es agradable que los demás te reconozcan los méritos, pero lo más importante es que estés satisfecho contigo mismo.
-No te engañes.
-No te acomodes.
-No te conformes.
-No te dejes engañar.
-No te dejes acomodar.
-No te dejes conformar.
-Utiliza la cabeza.
-Utiliza el corazón.
-No seas egoísta. Normalmente, lo que uno da, recibe.
-Las posibilidades, las capacidades las tenéis.
-La inteligencia sin voluntad, no sirve para nada. No te rindas.
-Tu futuro no está escrito. Y nadie tiene derecho a escribirlo por ti. Tú futuro depende de ti, de tu esfuerzo, de tu ilusión. Tú serás lo que tú quieras ser.
-Querer es poder.


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PARA EL VERANO:

-Leer un poco. O mejor: leer bastante. Es una época estupenda para leer libros, cuentos, revistas ...
-Si podéis viajar, fabuloso. Donde vayáis, procurad aprender, ver, escuchar ...
-Ya sabéis lo que decía don Quijote:  "El que anda mucho y lee mucho, ve mucho y sabe mucho".
-Algunos, bastantes, debéis mejorar la lectura, adquirir más soltura, más fluidez. Es imprescindible que leáis muy bien a la hora de estudiar. Si no, se os pondrá muy cuesta arriba y os desesperaréis.
-Vigilad la letra, la presentación de la libreta y los trabajos. Pensad que la primera impresión que se lleva un profesor, es muy importante. Entra por la vista.
-Por supuesto, sueño con la ortografía. Básica, fundamental, imprescindible, mortífera.
-Libro:  Repaso trimestral.

-Operaciones: todas. Sobre todo, las divisiones con y sin decimales. Me preocupa mucho. Practicad, por favor.
-Hacer problemas. Utilizad el razonamiento, el cálculo mental. Las neuronas se oxidan si no trabajan.
-Libro:  Repaso trimestral.


-Importantísimo:
-Disfrutar del verano:  jugar, hacer deporte, ir con los amigos, con la familia, bañitos a menudo, leer, descansar ...


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Bien. Este blog se cierra dentro de pocos días. No sé si durante el verano o para siempre. Dentro de poco lo sabré. Tal vez quede como una experiencia maravillosa mientras duró, o tal vez sea de nuevo una ventana abierta a la aventura para otros niños como vosotros, aunque nunca serán como vosotros. El tiempo lo dirá.
De momento, se toma unas vacaciones yo creo que merecidas.

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No voy a escribir una carta de despedida. No me apetece. Y no quiero. Porque ... yo no me voy.


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Y ahora ...


   ÉL estaba sentado frente al ordenador. De vez en cuando se quedaba absorto, meditabundo, ojiplático mirando la pantalla en blanco. Una sensación ciertamente extraña le asaltaba en su interior. ¿Qué era aquella comezón, aquel hormigueo nervioso que sentía en el estómago?
  Era extraño. Muy extraño. Él no tenía sentimientos. Los rechazaba, eran signo de debilidad humana. ÉL odiaba a los humanos. Sobre todo, a los niños. Esos seres chiripitifláuticos que apenas entendía y a los que les encantaba hacer sufrir. ¡Ja, ja, ja!  ¡Cuánto había disfrutado con sus miedos, sus sustos morrocotudos, sus temblorosas sonrisas de pánico!
 Pero ... ÉL se sentía como perdido, como si hubiera perdido algo, sintiendo una inexplicable ausencia dentro de sí. Sí. Se sentía como si un poco de vida se le hubiera escapado de su viejo corazón. Ese sentimiento, los humanos lo solían llamar melancolía, o algo así. No lo entendía bien. Las páginas de un libro se pasan y no se vuelven a leer. Eso creía ÉL. O al menos eso había creído siempre. Pero una pequeña herida en su alma, le hacía pensar lo que nunca hasta entonces había pensado.
 ¿Qué haría ahora? ¿A quién haría sufrir? ¿Con quién se divertiría? ¿A quién vigilaría desde su invisibilidad tenebrosa e inquietante?
 ÉL no sabía cómo sería su futuro. Ni siquiera sabía si tendría futuro. Por fin se daba cuenta de cómo eran las cosas, la triste realidad. Ellos sí que tenían futuro. Todo el futuro se abría ante sus poderosos brazos y sus anhelantes miradas. El futuro, eran ellos.

 El Maestro Oscuro miró por última vez a través de los cristales de la ventana. Ya sabía cuál era ese sentimiento extraño y desconocido que le embargaba por dentro. Sus ojos se humedecieron de forma insólita. ¿Qué es esto? -se dijo perplejo.
 La palabra asomó a su mente, rodeada de tumultuosos recuerdos que se alborotaban queriendo salir.
  Los humanos la llaman ... nostalgia.



Chao, malandrines.