MATEMÁTICAS:
-Ejercicios en el cuaderno.
Calcula:
2,5 : 10 = 32,6 : 100 = 626,2 : 1.000 =
3,8 : 10 = 572,7 : 100 = 503,4 : 1.000 =
47,86 : 10 = 824,09 : 100 = 682,45 : 1.000 =
559,02 : 10 = 23,86 : 100 = 7.673,03 : 1.000 =
0,092 : 10 = 7,308 : 100 = 208,7 : 1.000 =
Completa las series:
6.830 : 10 = ..................... : 10 = .................... : 10 = ........................ : 10 = ........................
2.652 : 100 = ..................... : 100 = ........................ : 100 = ............................
Resuelve:
23,28 + 5,123 + 342,7 = 32,7 + 0,967 + 574,02 =
325,46 - 6,247 = 156,6 - 107,75 =
LENGUA:
-Análisis morfológico:
isla:
enorme:
mar:
las:
ellos:
caminar:
vencer:
lavar:
-Escribe oraciones o un texto con estas palabras:
ahí cohete malhechor
vehículo ahuyentar ahora
C. DEL MEDIO:
Terminar el mapa completo.
Estudiarlo completamente.
..................................................................................................
Ya sabéis: tenéis hasta el jueves para decirme todo lo de C. del Medio. Quien lo sepa, tiene un diez y no hace el examen. Pero hay que sabérselo de rechupete.
Pepe ya lo ha conseguido. Enhorabuena.
Guillermo, mañana te espero.
.................................................................................................
Debéis estudiar en serio. Algunos no lo hacen, pero son también los padres responsables de que sus hijos estudien o no. Eso hay que tenerlo en cuenta. Recurrid a mi frase favorita: "Mamá, pregúntame".
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Las enfermas, que se recuperen pronto, porque la clase no es la misma sin ellas.
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Y ahora, por fin ...
LABERINTO MORTAL
CAPÍTULO I
De pronto, una voz chillona se oyó al fondo: “Ani se ha hecho pis en el saco de dormir.” (Oh, no, por favor. Estoy perdido –pensó
aterrado el profe que odiaba esa
siniestra canción.) Y contesta otra voz:
¿Quién, yo? Sí, tú. Yo no fui. Entonces, ¿quién?
Yo qué narices sé –pensó el profe. Realmente no podía soportarla. Intentó seguir concentrado en la lectura de
sus papeles, aunque le costaba horrores. Ante sí tenía la lista de los viajeros
e iba reflexionando mientras avanzaba en su lectura. Estos, eran los
siguientes:
Chicos:
Sam, Joe, Ang, Rod, Rick, Will, Nick, Fel, Mick, Jess, Art y
Serg.
Chicas:
Ani, Marti, Carmi, Maiti, Ori, Kati, Andi Yusi, Andi Niki,
Pauli Xi, Pauli Pli, Luci Gim, Luci Cu, Luci Ges, Sofi y Yeyi.
Poco a poco, el vehículo fue aminorando su marcha hasta que
se detuvo completamente. El profe se levantó y fue a consultar con el
conductor. El motor se recalentaba demasiado y era conveniente hacerlo
descansar para que se enfriara, no fuera a ser que se quemara o explotara.
Bien. Todo el mundo abajo. Que no se aleje nadie demasiado.
Podéis estirar las piernas un ratito. Esas fueron las instrucciones del profe a
sus alumnos, que estos acataron con entusiasmo pues estaban ya hasta el gorro
del autobús.
Como cabritillos por el prado se desperdigaron los niños, alegres
y dicharacheros como saltamontes en primavera. Correteaban alocados y risueños
ajenos al inminente peligro que les acechaba.
De pronto, se oyó una voz aguda y potente: ¡Eh, chicos. Mirad. Venid a ver!
Se adentraron por un pequeño sendero que se encontraba a
unos metros del autobús y que se perdía de vista al girar un recodo. Era un
caminito de tierra, que iba a parar a una gran verja de hierro, muy vieja y
oxidada, medio oculta por la maleza y los hierbajos. Todos los niños se habían
acercado hasta allí y se pararon indecisos y nerviosos.
Vamos a avisar al profe –dijo alguien con sentido común. Él
sabrá lo que hay que hacer.
Regresaron a la carretera donde estaba el autobús. Pero …
¡Oh, Dios mío! ¡El autobús no estaba! ¡Había desaparecido! ¿Qué estaba pasando allí? ¿Sería una broma
pesada del profe? A él le encantaban ese tipo de bromas. Pero, la verdad es que
no tenía maldita la gracia.
Esperaron unos minutos. Media hora. Una hora. Allí no
aparecía nadie, no pasaba nadie, no se veía a nadie. Empezaron a tomar conciencia de que estaban
solos, completamente solos, abandonados en medio de ningún sitio sin saber qué
hacer no adónde ir.
Empezaron a sentir un ligero temor pues eran muy valientes,
aunque ese ligero temor se fue convirtiendo en miedo primero, y puro pánico al cabo de un momento.
Continuará…
profe muy buena ya hechabamos de menos tus historias
ResponderEliminar¡¡Que intriga!! Quiero que sea mañana para que vuelvas a poner mas historia y... ¡¡Yo saldre en ella!! :)
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