FALTA POQUÍSIMO

DEBERES:

¡je, je, je!


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  Los galos despertaron. Salían de sus cabañas, sus chozas, sus casitas con cara de sueño después del banquetazo de la noche anterior. Se miraron, pero ...   Tenían que restregarse los ojos, pues lo que veían pensaban que era producto todavía de la somnolencia.  Pero no.  Habían cambiado. Todos habían cambiado. Completamente. Los galos eran galas. Las galas eran galos. Sus cuerpos y sus caras se habían transformado. Totalmente.

 Los ágiles mensajeros de veloces pies, Samuelix y Rodriguix; el pintor de mano suave y boca parlante, Ángelix; los pastores de renos y jabalíes rampantes, Guillermix, Nicolasix y Felicianix; el estratosférico poeta de sutiles palabras, Pepix; los cazadores de fuertes brazos y pocas palabras, Arturix y Sergix; el gran historiador y hábil calígrafo, Miguelix; el constructor de afiladas espadas y resistentes arcos, Jesusix; y, por último, el druida (hechicero) silencioso de luenga barba, Ricardix.

¿Y ellas?

Las rubísimas y bellas princesas vikingas: Orestana y Katerinia; las guapísimas princesas de rasgos orientales: Sofinia, Paulamorenia y Zhiyenia; las hermosas y vigorosas princesas germanas: Luciaserrania, Luciacuadradia y Maitenia; las chulísimas princesas celtíberas: Paulaplania, Luciagaliania y Martinia; las guapísimas princesas cartaginesas: Carmenia y Anabelia; y, por último, las bellísimas princesas del lejano desierto: Andreayusia y Andreanicolia .


 La felicidad reinaba en la aldea. Todos estaban contentísimos con su nuevo aspecto. La vida se abría ante ellos con presagios de venturas y alegrías.
El verano estaba aquí. Tiempo de descanso, juegos y risas despreocupadas. Pero ...


 ¿Ya está? ¿Todo tan perfecto? ¿Así acaba la historia?

¡Nooooooooooooooooooooo!

 Alguien vigila. Alguien observa con mirada esdrújula y maléfica. Alguien sonríe despacio con una mueca diabólica.  ¡Ja, ja, ja ...!

-Disfrutad, disfrutad, pequeños roedores murcianos. La venganza es un plato que se toma frío. Y yo pienso comérmelo y saborearlo hasta el final.

-Pronto nos veremos, cara a cara. Y sabréis, por fin, lo que es el miedo, la desesperación, el pánico total, la oscuridad más oscura, el finnnnnnnnnnnnnnn.  ¡Ja, ja, ja!

-Porque no podréis superar, sin duda, lo que os espera, que es ...

           

              LA LEYENDA DE LA MANSIÓN DEL INFIERNO