SOMOS HISTORIA.

DEBERES

LENGUA:
-Páginas  196, 197     
Copiar el esquema de la izquierda.
Ejercicio  2      Copiar las oraciones muy bien y decir qué clase de oraciones son. Debéis repasar la página 196.


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Si alguien tiene curiosidad por saber cómo resolvió Escipión el Africano el asunto de los elefantes que utilizó Aníbal contra los romanos en la batalla de Zama, que abra el siguiente vídeo.

Microhistoria apocopada.


Sa estaba inquieto últimamente. Su compa Mi se divertía mucho con él porque siempre parecía alegre y seguro de sí mismo. Lu y Pa seguían haciendo tan buenas migas como siempre, mientras So y Ka cuchicheaban todo el tiempo haciéndose las disimuladas. Ye, como siempre, con su repanocha a cuestas, dando la matraca al profe desde bien temprano. Án y Gui, con sus voces retumbonas, dando eco a la clase. An y Lu, perdidas en la lejanía, casi ni se dejaban ver. Pero el profe sí veía a Lu dando cabezadas de sueño, mientras él explicaba. Seguro que soñaba con los angelitos rubios. Pe, pobrecico mío, se sentaba solo y desamparado. ¡Qué poca consideración la del profe! Pero en el fondo, estaba encantado de que nadie le diera la murga. An levantaba la mano mucho, cosa que gustaba mucho al profe, pero mucho menos que Pa pareciera desaparecida en combate. ¿Dónde estás, Pa, que no te siento?  Fe y Ser ahí estaban, parapetados detrás. Fe aparecía de vez en cuando, pero Ser desaparecía casi todo el tiempo, pensando en el balón. Lu sonreía, levantaba la mano pero se arrepentía, quería, pero le daba corte ... y siempre tenía alguna excusa. Ma -sí, Ma, a veces aparecía- no veía y se trasladaba de sitio en sitio a ver si ...  Je y Ri ... ¡qué bien se lo pasaban! Ji,ji,ji.Ja,ja,ja. Como dos loritos.  Mar y Car estaban nervioooosas. Sobre todo, pensando en la excursión, en sus peligros, en la noche oscura. ¡Ahhhhh, qué miedo! ¡Pero qué chulo!  O era rubita, fea, baja, gorda y tonta.   (Es broma). En realidad, era como Cristiano Ronaldo pero en chica. Al menos, eso creía ella. A aterrizaba de vez en cuando de sus viajes interestelares, decoraba su mesa con pegatinas de bigotes y el profe se las arrancaba. Ro se había comido ya medio dedo y estaba a punto de saborear el otro medio, pero lo pensó mejor en el último momento, porque no podría coger el boli. Ni, allí estaba, tranquilo, sentado, preparado, dispuesto, listo para ... ponerse rojo si el profe le preguntaba o le gastaba una de sus bromitas pesadas.
Y así estaba la clase.

Pensando en la graduación y también en la excursión.

Chao, gladiadores.