SOMOS DE 5º

VAMOS A SER LOS MEJORES





sábado, 1 de marzo de 2014

REVUELTA


 Hola, pescaditos:

Hoy, como es sábado y tendréis muchas que hacer, no me voy a enrollar demasiado.

Recordatorios:

-Las preguntas del capítulo del Quijote deben estar contestadas para el viernes próximo.
-Supongo que habréis avanzado en el tema de C. del Medio. Id estudiando para el examen (20 preguntas).
-De Lengua, estudiad bien los adverbios, el uso de la v en Ortografía (ved el cuadro), lo de préstamos y extranjerismos y los recursos literarios que tocan. (Además, conocer un poco a Gustavo Adolfo Bécquer, del que ya hemos hablado en clase).
-El lunes, os comentaré algo sobre Bécquer y los recursos literarios. (Dentro de una microhistoria).
-De Matemáticas, espero que sepáis hacer divisiones de decimales con los ojos cerrados, y si alguien todavía no las entiende, pues que los abra de una vez. ¿OK?

Para Pepe:
-Los exámenes están todos corregidos. No están nada mal, pero pueden ser mejores. Hay muchos notables, pero menos sobresalientes. Esa situación hay que revertirla. En vuestras manos está.

El gracioso personaje de la foto corresponde a una chica de la clase, en cuyo nombre figura una A  como una de sus letras.

Y ahora ...



Microhistoria.


-A ver, esas niñas que todavía no han hablado. Levantad la cabeza y no os escondáis. ¡Cobardicas!
Escuchad con atención, exóticas florecillas del desierto. La que quiera vivir, que me explique cómo se sacan decimales en una división. ¡Vamos! ¡Quiero ver esas manos disparadas hacia arriba como si fueran cohetes supersónicos!

Ninguna mano se movió. Todas permanecieron inmóviles, como estatuas de mármol, con la temerosa  sonrisa petrificada en la cara, helada, una mueca, fosilizada.

-Muy bien, cebollinas manchegas. Como queráis -amenazó el profe con pérfida y afilada mirada.
 Ye, ¿sabes algo de las divisiones?
-No sé -contestó con un hilillo de voz.
-¿Y de los decimales?
-No sé.
-¿Y de las Matemáticas?
-No sé.
-¿Y de tu restaurante?
-No sé.
-¿Cómo te llamas, Ye?
-No sé.
-¿Es que no sabes nada de nada?
-No sé.

  El profe la taladró con sus ojos inyectados en sangre. ¡Estos chinitos!
O era una perfecta ignorante, o le estaba tomando el pelo con toda la guasa del humor amarillo.

-A ver, Sofía. ¿Qué sabes tú de las divisiones con decimales? -preguntó con calma fingida el profe.

-Pues no sé mucho, la verdad - contestó con su tonillo habitual de voz, ese tonillo dulzón y cantarín que usaba para hablar normalmente, que, a veces, le resultaba gracioso, pero que hoy, ¡maldita la gracia!

-Kateryna, te toca a ti. Y no me digas que no me entiendes. No me engañarás.

Kateryna no entendía nada. Quiso hablar claro, pero la lengua se le hacía un lío. Intentaba decir algo, pero su boquita no respondía. Se puso colorada como un tomate rojo, como un pimiento rojo, como una fresa roja, como un Ferrari rojo. Se quedaba sin respiración, sin oxígeno, sin CO2 ...

Mientras tanto, Maite y Lucía C rogaban a todos los dioses -si es que podían escucharlas- que el profe no les preguntara.
-A ver, Lucía, ¿sabes algo de las divisiones de decimales?
-Un poco -contestó tímidamente.
-¿Y tú, Maite?
-Otro poco.

-Vaya, sumando un poco con otro poco, a lo mejor hacemos un mucho, o por lo menos, un bastante- dijo el profe algo animadillo.

-Yo creo que es tan poco, que no es suficiente, profe -dijo segura de sí misma Maite.

 Lucía se llevó el dedo a los dientes, sonrió con la boca muy abierta, puso ojitos lastimeros y lo intentó:
-Para hacer una división y sacar decimales, primero hay que hacer la división y después, al terminar, se sacan los decimales. Creo que se ponen ceros en algún sitio, pero no estoy segura de dónde.

-Bueno, Luci, no está mal. No es mucho, pero tampoco es nada como han demostrado tus compañeras cebolletas.
 Me quedan tres: Paula M., Lucía GS y Marta.     Como no resolváis correctamente la cuestión, toda la clase va a pagar un precio muy alto. Sufriréis un castigo espantoso que recordaréis durante muchos años, os vais a acordar de mí hasta que os jubiléis (si es que os dejan jubilaros alguna vez), pedazo de malandrines.
Paula, habla ahora o calla para siempre.

Y Paula habló.
-En una división entera, es decir, que no es exacta, es decir, que no da de resto cero, puedo sacar la cantidad de decimales que yo quiera o que me digan. Los pasos son los siguientes:
Primero, hago la división hasta el final. Como el resto no es cero, puedo sacar decimales.

-Muy bien, Paulita. Veo que has entendido el tema divisionil. Al menos, hasta el momento.
-Sigue tú, Marta.

  Marta tragó saliva tres veces, hasta que la lengua se humedeció y se despegó de su paladar.

-Cuando termino la división, añado un cero al resto, pongo coma en el cociente y divido. A continuación, vuelvo a repetir lo mismo: cero en el resto y divido, pero ya no pongo más comas porque sólo puede haber una coma. Puedo estar repitiendo el proceso hasta que el resto me dé cero, se repita algún resto o hasta que me canse.

-Excelente, Martita. Veo que has comprendido el tema perfectamente.

 -Y ahora, Lucía GS, de ti depende la salvación final de la clase. Resuelve esta división, sacando decimales.

  El profe escribió en la pizarra digital:  5 : 3 =    
- ¡Chupadísimo! -pensó Lucía con seguridad. Y comenzó:  Cinco entre tres a uno. Uno por tres, tres. Pongo uno en el cociente. Cuento: de tres hasta cinco, van dos. Y lo pongo en el resto. Como no es exacta, voy a sacar un decimal. Pongo un cero al lado del dos y se forma veinte. Pongo una coma en el cociente, al lado del uno y divido. Veinte entre tres, a seis. Pongo el seis en el cociente. Seis por tres, dieciocho. Dieciocho hasta veinte van dos.
Me doy cuenta de que el resto es dos, como antes. Por tanto, si sigo sacando decimales, siempre me saldrá lo mismo. Corto y cierro.

-Magnífico, Lucía. Resuelve ahora ésta.    58 : 15 = 

-Vale, profe.  Divido 58 entre 15 hasta el final.  Da 3 de cociente y 13 de resto. Como no es exacta, saco decimales. Añado un 0 en el resto y da 130. Pongo una coma en el cociente y divido: 130 entre 15 cabe a 8. 8 por 5 = 40, hasta 40, 0. Me llevo 4. 8 por una = 8, y 4 que me llevo, 12. Hasta 13, 1.
Saco otro decimal. Pongo un cero en el resto y se forma 100. Divido: cabe a 6. 6 por 5 = 30. Hasta 30, 0. Me llevo 3. 6 por 1 = 6, y 3 que me llevo, 9. De 9 hasta 10, 0. Veo que se repite el resto anterior. Corto y cierro.

-Impresionante, chiquilla.

Lucía, Marta y Paula se pusieron muy contentas, requetecontentas. Su clase se había salvado gracias a ellas.   La clase estalló en una estruendosa ovación y ellas se pusieron coloradíiiiiiiiiiiiiiisimas de la vergüenza y la emoción.

-Bien, muchachos. Os habéis salvado. Por el momento. Yo cumplo mi palabra.
Por hoy, corto y cierro.



........................................................
.......................................................
.......................................................

Buen fin de semana y sed felices.  Chao.











2 comentarios:

  1. ¡Qué chula la "microhistoria" profe! ¡Qué pases un buen fin de semana!
    Chao.

    ResponderEliminar
  2. Y que chulo lo de los chinitos. Jejeje.

    ResponderEliminar