Miércoles, XXXI - X - MMXII

HALLOWEEN



DEBERES:

 

MATEMÁTICAS:

 

-Divisiones en el cuaderno.

-página 45      ejercicios  1 (los 3 primeros), 4, 9, 10.

 

LENGUA:

-Escribe 7 palabras monosílabas, bisílabas, trisílabas y polisílabas. (En el cuaderno)

-página  40        Copiar cuadro de la sílaba tónica.   ejercicios 1, 5, 6

 

PLÁSTICA:

-Terminar el dibujo 3.

 

 

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Las divisiones de 2 cifras debemos ir cogiendo el ritmo.  Ya no escribimos las restas. Lo haremos directamente. 

 

Cuando hagáis los problemas (se escribe el enunciado), subrayar los datos importantes.

 

Los que tengáis cuadrícula grande en la libreta de Matemáticas, escribid los números de las operaciones dentro de cada cuadrito.

 

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Que paséis una feliz noche de Halloween. 

 

 

 

Y ahora ...

 

 

 

 

 

 

 

 

(Último día)

 

 

 

 

  -Bien, chicos. Se acabó la película. Podéis recoger las cosas que se nos ha hecho un poco tarde. Son ya las dos y diez. Vamos, vamos. No os entretengáis.

 

 Los alumnos de 5º estaban tan ensimismados, tan metidos en la historia que acababan de ver en la pantalla digital de la clase, que les costaba trabajo volver a la realidad. Lo habían pasado estupendamente, tan bien, que aún parecían vivir las peripecias del film. Había sido espeluznante, tan real que aún estaban sudando de ... miedo. Pero, ¡qué bien lo habían pasado! Todos habían imaginado ser los protagonistas de la peli. Se miraban unos a otros con cierto recelo, por si acaso. Pero luego, sonreían y resoplaban contentos..

 Todos fueron bajando alegremente las escaleras, deseando salir libres al mundo y ver que todo estaba igual que siempre, deseando correr, llegar a casa para comer, hacer los deberes con mucha ilusión (je, je, je) y disponerse a pasar una tarde y una noche de lo más divertidas, pues era ¡HALLOWEEN!

 

Era curioso.  No se tropezaron con nadie por las escaleras ni por los pasillos. Vale.  Al salir al patio vieron avanzar hacia ellos a algunos padres y algunas madres con un aspecto extraño.  Caminaban tambaleándose, como cayéndose, los brazos extendidos hacia adelante y emitiendo unos sonidos sordos y ahogados que ponían la piel de pollo.

 Cuando les vieron las caras más de cerca, los gritos de espanto brotaron de sus gargantas infantiles. Quedaron paralizados por unos segundos, pero alguien dijo desesperado que volvieran atrás, a guarecerse en el colegio. Así lo hicieron, atropelladamente, gimiendo enloquecidos, más asustados que un pavo en Nochebuena.  Entraron y cerraron la puerta metálica como pudieron.  Los zombies se acercaron. Llegaron hasta la puerta y empezaron a golpearla con la intención de entrar y atraparlos.

Esto era una locura.  No podía estar ocurriendo de verdad.

Pero no era una película.  Anabel gritó una palabra monosílaba:  ¡No!   Samuel gritó una bisíalaba: ¡Jo ...pé!  Lucía Gimnasta gritó una trisílaba:  ¡Jolines!   Y Pepe, por fin, gritó una polisílaba:  ¡Cagüenlaleche!

 Ángel, Guillermo y Rodrigo corrieron hasta la otra puerta de salida, la de Infantil.  Cerrada con llave. Imposible escapar por allí. ¿Qué podían hacer?  ¿Dónde ir? ¿A quién llamar?

Richard, Nicolás y Arturo decidieron subir por una de las escaleras y Miguel, Jesús y Félix, por la otra. Se encontrarían en la puerta de la clase. Subieron cautelosamente hasta desaparecer tras el primer descansillo. Marta, Carmen, Lucía M. y Ye se metieron en el aula de sicomotricidad. Maite, Lucía C. y Lucía G. S. se metieron en la caseta del conserje.  Paula P, Andrea A., Oresta y Andrea N. se ocultaron en la clase de 5 años.   Pero un grito ensordecedor, terrorífico, espantoso, les hizo salir a todos corriendo como locos de nuevo al pasillo, abrazarse, llorar histéricos y repetirse que aquello no podía estar ocurriendo de verdad. Era un maldito sueño del que estaban a punto de despertar. 

Pero, no. Apretaron los dientes, los ojos y el corazón para despertar, pero, no, allí estaban.

¿Qué infernal pesadilla era aquélla?  

Al fondo, se escuchaba un suave murmullo. Un rítmico sonido iba llegando hasta sus oiditos. Era extraño, hipnótico, les arrastraba hasta su origen, buscándolo con deseo y con pavor al mismo tiempo. Todos fueron juntándose en el pasillo: los que estaban escondidos y los que habían subido a la clase. Avanzaron despacio, formando una lúgubre procesión con destino a la biblioteca, que era de donde procedía la musiquilla. 

Llegaron hasta la puerta. Dentro había una neblina rojiza que difuminaba las formas que había dentro.

Se decidieron a entrar pues querían terminar con aquello de una vez. Ya todos dentro, la puerta se cerró a sus espaldas sin que nadie la empujara. No podían salir.  Al fondo, empezaron a vislumbrar unos contornos ya mejor definidos, pues la neblina empezaba a disiparse.  

Y allí estaba.  Sentado un enorme pedestal estaba él. Sus ojos de mirada polisémica los envolvieron dulcemente. Pero sus pupilas centelleaban como el fuego, pues eran rojas como la sangre color sangre. Todos supieron quién era. Era él. El vello del cuerpo se les erizó como si estuvieran azotados por una ráfaga de viento helado.  Sin duda, estaban a las puertas ... del infierno, porque era ...él.

 

Les dijo: 

-No temáis, hijos míos. No os pasará nada. Sólo un pequeño detalle:

"Sois míos. Míos para siempre".

 

¡Ja, ja, ja, ja, ja .........................................!

 

 

 

 



Y ahora, el mejor vídeo para bailar.