JV6-ATOCHA: COMO EN CASA, EN NINGÚN SITIO.

DEBERES

LENGUA:
-Página 169 Ejercicio 5
-Página 170 Copiar el cuadro sobre el uso de la x.
-Página 171 Copiar y estudiar (para dictado) el cuadro de Ortografía visual.

FRANCÉS:
-Lo que toque.

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Lengua.

Eje. 5 página 169
Copiar las oraciones y hacer el análisis sintáctico.

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(Para miércoles)
DEBERES

MATEMÁTICAS:
-Página 174 Ejercicio 1
-Página 175 Ejercicios 1, 2, 3

C. DEL MEDIO:
-Examen de las 25 capitales que faltan.
-Copiarlas en el cuaderno.

-Vamos estudiando el mapa con los países. (Para viernes)

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Y ahora ... para mis fieles lectores ...

PÁNICO EN EL COLE. C. 6

Mientras tanto, Pauli y Sandi, que no habían entrado en el despacho, se acercaron a la sala de profesores. Sin duda, la máquina fotocopiadora estaba en funcionamiento, pues su rítmico traqueteo se escuchaba con nitidez. Todo fue asomar sus cabezas y gritar al mismo tiempo: el profesor Edward estaba en el suelo, apoyado contra la pared, la barbilla caída sobre el pecho y una enorme brecha en la cabeza, producida –era evidente- por la guillotina de cortar folios, manchada de sangre y pelo, tirada a su lado. Pero no era esto lo único terrible del paisaje. La profesora de Religión, miss Mary Eugenie, yacía sobre la máquina fotocopiadora, boca arriba, los ojos abiertos y vidriosos y la expresión en su cara de haber visto el más allá y no haberle gustado un pelo. Un bolígrafo azul, clavado en su cuello, hacía que la sangre cayera sobre la pantalla con un tono más violeta que rojo. Pero aún no era bastante. Al fondo, tirado sobre la mesa, se apreciaba el cuerpo inerte de la señorita Alice, la profesora de Música, sin zapatos, la flauta destrozada y la cabeza aplastada por un radiocassete del cual –curiosa burla del destino- brotaba una animada musiquilla de acordeón.

-¡Ahhhhhh! –gritaron a coro. Ya no tenían ánimos para nada más. Pero quedaba por ver el despacho de la jefa de estudios, miss Joaqui. Nadie lo decía en voz alta, mas todos presentían algo aún más horroroso en su interior. Cris se decidió. Dentro se oía como un susurro, un rumor acompasado y sordo, una especie de cántico fantasmal, puramente onomatopéyico, inhumano. La sangre se heló en sus venas. Puso la mano en la manivela y abrió la puerta unos centímetros. Había un olor extraño, como de azufre. Estaba todo oscuro, con un leve resplandor rojizo. Nadie respiraba.

Todos sabían que algo demoníaco se encontraba allí................

Continuará.