SOMOS DE 5º

VAMOS A SER LOS MEJORES





viernes, 14 de febrero de 2014

OVNI

DEBERES

LENGUA:
-Estudiar las reglas de uso de la b.
-Estudiar lo que son verbos regulares, irregulares y defectivos.
-Estudiar verbos.

MATEMÁTICAS:
-Página  114       Ejercicios  9 (los tres primeros), 10


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Y ahora ...    una historia.




   El profe esperaba que los niños callaran, sacaran sus cosas y prestaran atención. Permanecía de pie, con los brazos cruzados y la cara imperturbable, muy seria. Sólo se acariciaba de vez en cuando la barbilla, lo cual delataba cierta impaciencia, aunque quisiera disimularlo.
 Por fin se fue haciendo el silencio, poco a poco, hasta que la clase quedó muda. Le encantaba ese sonido al profesor, y ¡eran tan pocas las veces que lo escuchaba!
  Sin inmutarse, dijo:
- Señorita Paula, dígame usted lo que son verbos regulares e irregulares.

 Paula sonrió nerviosa, pensó unos instantes, alzó el dedo y contestó:

-Los verbos regulares son los que mantienen la raíz igual en todas sus formas y toman las mismas desinencias que el verbo que les sirve de modelo.
Los verbos irregulares son los que cambian la raíz o la desinencia en alguna de sus formas, ya sea respecto al infinitivo o al verbo que le sirve de modelo.

  -Muy bien, Paula.  Excelente respuesta. Es usted muy lista y se nota que está atenta en clase durante las explicaciones. Enhorabuena.

-A ver, señor Félix. ¿Sabe usted en qué tiempos debo fijarme para saber si un verbo es regular o irregular?

  Félix sonrió, se chupó brevemente la punta del dedo índice  de su mano derecha y contestó:

-Debo comprobar el presente, el pretérito perfecto simple y el futuro. Si no hay variación en la raíz ni en la desinencia es que el verbo es regular.

-Excelente, Félix. Eso está muy bien.

Pepe levantó la mano con la intención de añadir algo.

-Dígame, Pepe. ¿Qué quiere usted decir?

-Pues que a veces los verbos presentan variaciones ortográficas en la raíz, pero no se consideran irregularidades. Por ejemplo:   busqué, cacé, recojo /recoges.

-Muy oportuna la puntualización, Pepe. Veo que usted las caza al vuelo. Excelente, excelente.

-Bien. Sigamos. Rodrigo, ¿qué sabe usted de los verbos defectivos?

 Rodrigo pareció volver en sí, con los ojos un poco adormilados. Se recompuso y habló:

-Los verbos defectivos o incompletos son verbos a los que les faltan algunas formas verbales. Se refieren a fenómenos naturales (amanecer, anochecer ...) o meteorológicos (llover, nevar ...). También los verbos que se refieren a hechos o cosas (ocurrir, suceder ...). Sólo tienen formas en la tercera persona del singular o del plural.

-Perfecto, Rodri. Veo que tampoco se le escapa nada a usted. Mejor, mejor.

-Continuemos. ¿Quién se sabe las reglas de uso de la b? - preguntó sonriente el profesor.

 Levantaron la mano varios alumnos.

-¡Hombre, Nicolás! ¡Qué sorpresa! A ver si con las gafas nuevas coge usted carrerilla y se queda con la mano levantada una buena temporada.  Dígame usted.

 Nico se ajustó sus supergafas, esperó unos segundos a que le bajara el color rojo de las mejillas -sus mofletes estaban más colorados que el  culo de un mandril-, suspiró profundamente y dijo algo nerviosillo:
- Se escriben con b:
.Las palabras que empiezan por bu-, bur- o bus-.
.Los verbos acabados en -bir, excepto hervir, servir y vivir.
.Las palabras terminadas en -bilidad, excepto movilidad.
.Las formas del pretérito imperfecto de los verbos de la 1ª conjugación (-aba, -abas, -aba, -ábamos, -abais, -aban).

-Muy bien, don Nicolás. Eso está perfectamente contestado. Excelente, excelente.


-Bien, señores. Toca Matemáticas.

  Algunos alumnos aprovecharon el cambio de asignatura para beber de su botella, para cotorrear un poco con el compañero, para girarse hacia atrás y verle el careto a la guapa o al guapo que le está molestando tocando rítmicamente la mochila con sus torpes pies ... En fin, descansando un poco, que también es necesario.

-Vale. Volvemos al trabajo. Guarden todo el material debajo de la mesa. No quiero ver ni libros, ni lápices, ni manos ocupadas. Quiero sus ojos y sus oídos para mí. Richard, ¿no me oye usted? ¿Es que padece de sordera?  Creía que en esta clase el único sordo era yo, pero veo que no es así. 
A ver, esas chicas del fondo. Ángel, ¿sí o no?

-De acuerdo. Guillermo, usted que es un buen matemático, salga a la pizarra y resuelva este combinado.

Guillermo dudó un momento, se levantó con parsimonia, se subió sus gafas de matemático con un dedo sobre la nariz, avanzó hacia la pizarra digital, cogió el lápiz electrónico y ágilmente escribió sobre la pantalla:

7,43 + 5,8 - 9,152 =
- Primero sumo aparte 7,43 y 5,8 y da como resultado 13,23.
A continuación, le resto aparte 9,152 y el resultado final es 4,078.

-Puede usted sentarse. Veo que está usted en muy buena forma. Excelente, excelente.

-A ver, señorita Carmen. Resuelva la siguiente operación:

3,5 x (6,43 + 2,816) =

Carmen se acercó a la pizarra con aparente seguridad, aunque por dentro estaba más nerviosa que un flan de merengue gelatinoso. Cogió el lápiz digital y lo deslizó suavemente por la pantalla.

-Primero, hago la suma que está entre paréntesis.
6,43 + 2,816 =  9,246        Queda:  3,5 x 9,246 =
A continuación, multiplico por 3,5 y da 22,2610.

-Sencillamente perfecto. Puede usted sentarse, señorita Carmen. Muy bien.



Mientras esto sucedía, Samuel y Anabel se dedicaban a lanzarse amorosos y minúsculos pedacitos de materia extraña, posiblemente trocitos de goma y papelillos, a los cuales el profe solía llamar graciosamente ovnis. El asunto se zanjó con la copia por tres veces de un texto de Lengua que los estupendos alumnos acataron amablemente.


-Llegamos a lo guay.  Vamos a aproximar números a las unidades, las décimas y las centésimas.

Tras un rato de intenso esfuerzo por parte del profesor para que comprendieran los alumnos la mecánica de este tipo de ejercicio, el resultado fue que había niños que veían el tema más claro que una mañana de primavera, y niños -pocos, eso sí-  que lo veían más oscuro que la boca de un lobo.

-Marta, aproxime usted a las unidades.

3,7 --> 4        8,4 --> ...       9,27 --> 9       5,691 --> ...

Marta salió y  triunfó. Lo había entendido. Bien, bien, bien -se dijo para sí misma.
El profe la felicitó y se sentó más contenta que un perrito moviendo el rabito.

-Lucía, salga usted. Aproxime a las décimas.

2,43 --> 2,4    9,65 --> ...    4,172 --> 4,2      8,529 --> 8, ...

-Perfecto, Lucía. Veo que también lo ha entendido. Me alegro infinito por usted. Puede sentarse.

-A ver, Andrea, salga usted.  Aproxime a las centésimas.

5,978 --> 5,98      3,041 --> 3, ...    7,354 --> ...       6,905 --> 6,91

-Genial, doña Andrea. Puede sentarse, criatura.


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-¡Qué buen profesor que soy! -pensaba satisfecho el profesor.

¡Qué a gusto estoy cuando estoy a gusto! ¡Qué bien se está cuando se está bien!





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Espero que el partido haya ido bien. No os desaniméis si os han metido un carro de goles. Si hiciéramos una competición de chicos listos y guapos, seguro que ganabais por goleada.

Buen fin de semana, chatos.






2 comentarios:

  1. Profe, ¡hemos ganado el partido 5-1! Yo he metido un gol, Sergi otro, luego Ángel, después Miguel de 5º y por último Jesús.
    ¡Ah! profe otra pregunta, ¿se puede estudiar lo de lengua de la microhistoria?
    Chao

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  2. ¡Enhorabuena, campeones! Me alegro un montón por vosotros. Os lo merecíais ya. Espero que a la hora de estudiar también seáis unos campeones.
    Sobre si podéis estudiar lo de Lengua a través de la historia, con lo listo que eres ya habrás captado cuál es mi intención. ¿Verdad que sí?
    Lo dicho. Felicidades, muchachos. Buen fin de semana.

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